Me gusta conservar algo de turista 'en mi propia casa'... y a veces me sorprendo mirando los edificios, por enésima vez... Disfrutando de las cosas que siguen igual y también de los cambios... Será que hoy el turista madrugador está detrás de la cámara... conduciendo... y contemplando.
Reglas... todos nos regimos por reglas... el 99,999% de las personas que veo a través del escaparate están ahí por una regla, y es que la gran mayoría va al trabajo. Aunque su cuerpo les diga lo contrario, temprano, saltan a la calle. A su vez, yo les estoy viendo desde mi sitio por otra regla sumada a la primera, que en este caso, ordena el tráfico... y hoy estoy en primera línea del semáforo, uno con paso de cebra...
La imagen es como un engranaje perfectamente organizado. Tablero de juego con capitán electrónico que dirige quien va y quien viene, de quién es cada turno, y los jugadores aceptan esas reglas. Mientras juegan, desde cada bando, esperan su turno. Decenas de piezas moviéndose al mismo tiempo...Una comunidad coordinada... Hormiguitas al compás...
Todos los días camino del trabajo paso por allí... y es una de esas rutinas placenteras... me hace sentir en mi sitio, parte de la ciudad, espectadora y parte contratante al mismo tiempo...Vínculo... del que me doy cuenta ahora que probablemente cambie de rutina...Y lo echaré de menos... Porque me siento más de aquí si paso por su centro... Por su Gran vía, que cuando amanece está de dos colores... amarillo arriba y azul abajo, o almenos así la veo yo, y por su palacio de telecomunicaciones, con cibeles exihbiéndose... y su puerta de alcalá... y el retiro tras esa verja...
En fin... caminando y sobre ruedas... me gusta rascar tu ombligo Madrid...
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