domingo, 27 de abril de 2008

... Y Sollozó ...

Y hoy he leído de nuevo otro capítulo de "El Principito"... y me he emocionado... Moito...

Y es que... es que hay cosas que son muy muy importantes...

Aquí te dejo con él:

Capítulo 7

Al quinto día, siempre gracias al cordero, me fue revelado este otro secreto de la vida del principito. Me preguntó bruscamente, y sin preámbulo, como resultado de un problema largamente meditado en silencio:

-Si un cordero se come los arbustos, se comerá también las flores ¿no?

-Un cordero se come todo lo que encuentra.

-¿Y también las flores que tienen espinas?

-Sí; también las flores que tienen espinas.

-Entonces, ¿para qué le sirven las espinas?

Confieso que no lo sabía. Estaba yo muy ocupado tratando de destornillar un perno demasiado apretado del motor; la avería comenzaba a parecerme cosa grave y la circunstancia de que se estuviera agotando mi provisión de agua, me hacía temer lo peor.

-¿Para qué sirven las espinas?

El principito no permitía nunca que se dejara sin respuesta una pregunta formulada por él. Irritado por la resistencia que me oponía el perno, le respondí lo primero que se me ocurrió:

-Las espinas no sirven para nada; son pura maldad de las flores.

-¡Oh!

Y después de un silencio, me dijo con una especie de rencor:

-¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas…

No le respondí nada; en aquel momento me estaba diciendo a mí mismo: "Si este perno me resiste un poco más, lo haré saltar de un martillazo". El principito me interrumpió de nuevo mis pensamientos:

-¿Tú crees que las flores…?

-¡No!, !No! Yo no creo nada! Te contesté cualquier cosa para que te calles. Tengo que ocuparme de cosas serias.

Me miró estupefacto.

-¡De cosas serias!

Me miraba con mi martillo en la mano, los dedos llenos de grasa e inclinado sobre algo que le parecía muy feo.

-¡Hablas como las personas grandes!

Me avergonzó un poco. Pero él, implacable, añadió:

-¡Lo confundes todo!…!todo lo mezclas!…

Estaba verdaderamente irritado; sacudía la cabeza, agitando al viento sus cabellos dorados.

-Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. En toda su vida no ha hecho más que sumas y restas. Y todo el día se lo pasa repitiendo como tú: "¡Soy un hombre serio, soy un hombre serio!"… Al parecer esto le llema de orgullo. Pero no es un hombre, ¡es un hongo!

-¿Un qué?

-Un hongo.

El principito estaba pálido de cólera.

-Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores. ¿Es que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas espinas que no les sirven para nada? ¿Es que no es importante la guerra de los corderos y las flores? ¿No es esto más serio e importante que las sumas de un señor gordo y colorado? Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?

El principito enrojeció y después continuó:

-Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¿Y esto no es importante?

-Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas.

No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos. La noche había caído. Yo había soltado las herramientas y ya no importaban nada el martillo, el perno, la sed y la muerte.

¡Había en una estrella, en un planeta, el mío, la Tierra, un principito a quien consolar!

Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…te…".

No sabía qué decirle, cómo consolarle y hacer que tuviera nuevamente confianza en mí; me sentía torpe. ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!

Fotografía: En casa, El Principito, su rosa y Lía, Abril del 2008

martes, 22 de abril de 2008

Azul [te]

Y las batallas interiores han cesado...

Saber donde estás y entender lo que ocurre a tu alrededor no da la felicidad... pero te ayuda a situarte en tu sitio. Un lugar desde el que saber donde vas, sobre todo porque has llegado a él por elección propia, guiando tus pasos... Y en ese camino... aquí hemos llegado...

Siempre lo digo... "Y es que todo necesita un sitio". Esa frase abandera desde hace tiempo la pared-pizarra de mi cocina... Incluso esa frase tiene su sitio.
Ya sabemos que esta estabilidad es temporal, que la vida, como el mar, se agita (te), se revuelve(te), con su movimiento puede marearte, incluso hacerte perder el centro... en situaciones extremas incluso el norte. Pero los momentos de sosiego, en los que controlas el rumbo... o te dejas llevar por él y disfrutas del viaje, esos no te los quita nadie. Son lo más cercano a la felicidad que puede existir... estando solo. Esos son los momentos más felices, aquellos en los que encuentras tu lugar en el mundo... Te concilias contigo... te aceptas en definitiva...

Así que... a disfrutarlo mientras dure...

Azul

Fotografía: Mar del Norte, En la playa de La Haya. Noviembre del 2006

viernes, 18 de abril de 2008

Jardín Zhen



Manzano japonés
y andarines caminos
de idas y venidas

Jazmín y olivo
compañeros del arce
y de las piezas que el artista siembra...
donde vive, comparte y crea
donde sueña

y fuera ruge...

y dentro una burbuja
de madera incandescente
escucha
comparte
acaricia y envuelve

Piel de seda...
dentro y fuera...

lunes, 14 de abril de 2008

Shanghai

Y esta vez volvemos a celebrarlo... como quel día, a 9000 kilómetros.
Y como cada vez que charlamos, me enseñas como se pueden vivir las cosas... y veo tus ojos brillar. Ojos de ilusión, que con los años están más iluminados... año tras año... y ya van setenta y tantos...

Y es que no todo el mundo llega donde has llegado Esperanza...

Y es que no todos lo hacen transmitiendo y expresando...

Y lloramos y reimos... mientras charlamos... igual que lo hicísteis vosotras. Esa es una de las cosas más bellas que he heredado...

Espero vivir como tú la vida... brindando... juntas, al ritmo de tu preferido, un buen Juve Camps, durante muchos años...

Fotografía: China, Shanghai, verano del 2006

viernes, 11 de abril de 2008

...

Como dice Sr. Chinarro... "Allá donde están las luces está la sombra de lass cosas"...